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LOS ELFOS OSCUROS (Fantasía): Los Elfos son una de las formas de vida consciente más antiguas que existen. Pero cuando el mundo era joven, eran bastante diferentes a como son ahora... Cada Elfo integraba dos partes distintas: una vegetal y otra animal. De manera sencilla, se podría decir que había un cuerpo vivo y respirante fusionado con un árbol. El árbol permanecía enraizado en un lugar para siempre, pero el cuerpo animal era libre de recorrer el mundo. El árbol proporcionaba refugio, una base sólida, un lugar para regenerarse y reponer fuerzas. El cuerpo animal aportaba la experiencia del mundo exterior, la emoción de moverse libremente, la alegría de la exploración. Viviendo en perfecta simbiosis, estas dos partes se complementaban perfectamente, y los Elfos vivían en armonía y felicidad. Había varios tipos de Elfos, varias tribus, cada una con su propia composición, como diferentes formas animales y vegetales.
Pero esto no duraría. Surgieron rivalidades entre las tribus. Al principio, eran atemperadas por la sabiduría de los árboles. Pero las formas animales eran impacientes y excitables. Un día, una tribu cometió lo irreparable: entrando en un claro donde los árboles élficos habían quedado solos sin sus contrapartes animales, los quemaron hasta los cimientos. La conexión entre los árboles y sus formas animales era tan fuerte que, incluso a kilómetros de distancia, sus animales quedaron instantáneamente cubiertos de quemaduras, su carne desnuda transformándose en carbón negro. Aquellos que habían sido tan ágiles y hermosos quedaron de repente quemados, negros y quebradizos. Pero sobre todo, cuando regresaron al claro, sus árboles habían desaparecido. Habían perdido lo más preciado en su vida, sus mitades para siempre.
A pesar de que otras tribus suplicaban una solución pacífica a esta agresión indescriptible, la Guerra de Fuego se extendió. Durante meses, las noches se tornaron rojas con incendios furiosos. Miles de Elfos perdieron sus formas arbóreas y se volvieron carbón negro. La venganza se convirtió en su único consuelo.
